jueves, 12 de julio de 2012

El negocio





El negocio. by Diana Harlu Rivera on Grooveshark 
 
 

Harl: 

-Nadie se mueva...- la escucho susurrar, de pie frente a una de las cómodas de la amplia y bien equipada cocina. En torno a ella, chefs, especialistas en otras artes culinarias e inclusive meseros y lavaplatos contienen la respiración, al mismo tiempo que yo sigo avanzando, ésta vez teniendo cuidado de taconear menos, acercándome a ella para saludarla, antes de irme a trabajar- Ya te escuché, sissy. Dame un minuto.

-Los que quieras- musito en voz extremadamente baja. Para cuando termino mi oración, mi hermana termina de colocar en su lugar el espárrago que sostenía con unas diminutas pinzas plateadas.

-Buenos días, ¿En qué puedo ayudarte?- me pregunta, caminando por la insonora cocina, la cual, progresivamente, vuelve a la normalidad.

-Quizá en dejar de sacar a mis hijos de sus cunas, si yo no te lo pido- le respondo, siguiéndola por el lugar. A su paso, la pelinegra va revisando los platos qe se encuentra en su camino, probándolos discretamente si ésto no arruina su delicada y siempre ideal presentación; aún cuando suele llamarme "perfeccionista"- ¿Qué tal amaneciste?

-Con los golpeteos de tu hija contra los barrotes de ese corral para animales, gracias por preguntar- repone entre risas, quitándose durante un momento el delantal- Ya te dije...

-Que Sam sea un prodigio y ya pueda dormir en una cama...

-Deberías intentarlo...

-No voy a discutir contigo el método con el que educo a mis hijos- contesto sonriendo ampliamente- ¿Tú cocinas hoy, o encargo algo desde temprano para que esté a tiempo en casa?

-¿Comida comprada? ¿Estás mal del cerebro? ¿Ó comiste pilas cuando éramos niñas?- me interroga con una mueca de desprecio absoluto- Yo me responsabilizo de que los platos estén servidos a las siete.

-Gracias- murmuro, rascándome la cabeza: me deja perpleja ver su cantidad de obligaciones, aunque la mía no está muy por debajo- Sam y Kurt...

-Son responsabilidad de Bill hoy- responde con presteza la alta individuo de piel blanca- ¿Tus niños...?

-Son responsabilida de Tom hoy- repito su misma frase, únicamente cambiando al sujeto. En respuesta, mi hermana no puede evitar sonreír.

-Para que sepan lo que es ser...

-Un padre profesionista- completo satisfecha- Me voy ya o llego tarde. Héctor no está y...

-Corre o vas a enloquecer- me recomienda, limpiándose las manos en una toalla que encuentra a su derecha, sobre uno de los gabinetes cuyas cubiertas de azulejo son del mismo tipo que las del suelo- Porque, si no me equivoco...

-Diste en el blanco: Bill tampoco está- comento, sintiéndome desdichada- ¡Todo un emporio corporativo...!

-¡Cálmate, Cenicienta!- se ríe de mí- Deja de andar de dramática y mueve tu inexistente trasero a  tu edificio en... ¡Ay! ¿Qué tal ahora?

-Muy graciosa...- replico, frunciendo el ceño ligeramente- No a todas nos sienta tan bien la maternidad...

-Clases de pilates... te lo he repetido miles de veces...- susurra, volviendo a colocarse el delantal. Ésta mujer es como yo: no puede pasar un sólo minuto sin estar moviendo los dedos.

-¡Cuando abandone la esgrima...!- contesto, saliendo por la puerta trasera, hacia el callejón donde se encuentra el contenedor en el que ponen la basura.

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